miércoles, 29 de junio de 2016

2/2 ¿Por dónde empiezo un proceso de mejora? : Humildad.

 



2/2 ¿Por dónde empiezo un proceso de mejora? : Humildad.

Parte 2 del post.

Este post 2 es específico sobre la competencia de "la humildad", que complementa al post 1.

Índice del post 2/2:

1.- ¿Dónde estamos?

2.- Exposición: Poner el foco y desarrollar la competencia de la humildad.

3.- Despedida




1.- ¿Dónde estamos?

Recordarte que estamos en el post 2 de 2. Por tanto, hay otro anterior que sustenta en parte el presente.

No obstante, he estimado hacer un post específico por tres razones, que aquí expongo:

a.- Si hubiéramos incluido este post en el anterior, el post resultante hubiera sido muy largo.
b.- El primer post por si mismo está concluido y da pautas suficientes para darlo por finalizado.
c.- Este segundo trata una temática como es "la competencia de la humildad". Competencia muy abordada y objeto de diversos documentos.


Por todo ello, dado que este post es específico de la humildad explicar que, para contestar a la pregunta que se plantea en el título "¿Por dónde empiezo un proceso de mejora?”,  decir que, un buen punto de partida es empezar con la competencia de la humildad.

No obstante, las otras dos vías expuesta en el post anterior, son también interesantes y suman en el adecuado desarrollo de la respuesta a la pregunta del título del post.

Las vías expuestas en el anterior post son:
1.- Desarrollar las propias fortalezas.
2.- Estar en entornos de oportunidad.

Por tanto, aquí vamos con la competencia de la humildad.



2.- Exposición: Poner el foco y desarrollar la competencia de la humildad.

Aquí ya entramos en el desarrollo específico sobre la competencia de la humildad y que complementa a las otras dos medidas planteadas, pudiéndose simultanear las tres.

Es importante, considerar algunos aspectos sobre el ser humano.
Los autores clásicos hablan sobre el defecto de "la soberbia”. Manifestando, que está tan unida al ser humano que se aleja de la persona 24h. después de su muerte. Es curioso, como este defecto está tan arraigado en las personas.

En líneas generales, el mejor antídoto para esta mal comportamiento o disfunción, la soberbia, que en una sociedad en red2.0, se potencia aún más, es el desarrollo de la competencia de la humildad.

Existe otra disfunción en dirección contraria a la soberbia que se puede atajar con la humildad y estaríamos ante la abdicación a la defensa del honor y la fama.


Aquí, como primera aproximación, abordaremos la competencia de la humildad desde la perspectiva de una conceptualización simple y sencilla, definiendo "la humildad" como "el hábito de vivir en la verdad".

Entendiendo “hábito" como un conjunto de acciones repetitivas positivas, o asimilables, a conformidades en un proceso de auditoría.

Pero también, me hago eco de la definición de humildad propuesta, en una de las obras de la bibliografía, por el profesor David Isaacs que la define de la siguiente forma. Humildad: Reconoce sus propias insuficiencias, sus cualidades y capacidades y las aprovecha para obrar el bien sin llamar la atención ni requerir el aplauso ajeno.


Y con ello, entramos en dos posibles consideraciones previas, antes de entrar en el entorno de la verdad, que son:
1.- "Nos nutre no sólo lo que comemos, sino lo que pensamos".
2.- "Si las personas definen las situaciones como reales, éstas son reales en sus consecuencias."



1.- "Nos nutre, no sólo lo que comemos, sino también lo que pensamos".
Es decir, si construyes continuamente pensamientos repetitivos del tipo "no se puede", seguro que construyes pocos pensamientos positivos. Y resulta que puede que ni te plantees hacer el esfuerzo de intentarlo.

Pero si crees que "puedes", seguro que te pondrás manos a la obra para alcanzar el reto que te planteas.

Reto que podrás alcanzar o no, pero hay algo muy importante, y es todo lo que has aprendido en el proceso.
Todo este camino en sí es un aprendizaje y si se hace con espíritu de optimismo inteligente, todo el proceso en sí, independiente del resultado, es un éxito.

Para ello, es muy necesario rodearte de personas con optimismo inteligente.
Sabiendo que no sólo nos nutre lo que comemos, nos nutre lo que pensamos. Y al igual que los nutrientes que comemos nos permiten estar en disposición física para alcanzar los retos. Los nutrientes en ideas que pensamos o consideramos nos permiten estar en disposición psíquica para alcanzar los retos.



2.- Una segunda consideración, previa al marco de la verdad es el enunciado del Teorema de Thomas: "Si las personas definen las situaciones como reales, éstas son reales en sus consecuencias."



Desde estos dos puntos, nos acercamos a la competencia que tiene el hábito de vivir en la verdad, la humildad.
Desde la búsqueda del desarrollo de la competencia de la humildad esperamos encontrar en primer lugar el conocimiento de nosotros mismos. Pues sólo conociéndonos sabremos en que tenemos y debemos mejorar. Para ello, las personas más próximas nos pueden servir de mucha ayuda cuando hemos generado con ellos un clima de confianza importante.

En el proceso, no debemos darnos más prisa de lo que precisa la cuestión, ni menos de la que necesita. Pero no permitamos, en la medida de lo posible, que el análisis nos lleve a la parálisis, personal u organizacional.


Por tanto, humildad. Es competencia básica.
La competencia de la humildad nos ayuda a conocer, simultáneamente, nuestros debilidades y nuestra fortalezas. Sólo desde ella y con ella, así como, utilizando otras herramienta del tipo del análisis DAFO, la evaluación 360° y otras, podremos ir aproximándonos a nuestro conocimiento intrapersonal, es decir, conocer cómo somos nosotros.

La antítesis de la competencia de la humildad es la soberbia. Que es el resultado de pensar que uno es superior a tod@s y a todo, está continuamente contemplándose a sí mismo y despreciando a los demás. La soberbia es desagradable.

La soberbia tiene varias manifestaciones, aunque la que inicialmente imaginamos como más común es la conducta despótica, avasalladora, … Totalmente contraria al servicio de los demás.

Pero hay otros tipos de soberbia más sutiles y en ocasiones, en algunas personas, pueden ser más frecuentes, por eso, definiremos algunos ejemplos:

(1) El querer preferir a toda costa la propia excelencia, sin considerar el tú y sólo valorar el yo. Intentando incluso plantearse eliminar el tú. Se trata del modelo más alejado del "win to win", es decir, el éxito del otro es tu éxito. Es decir el famoso "ganar ganar".

(2); Otro tipo de soberbia que pasa desapercibida es "la vanidad en las conversaciones, en los pensamientos y en los gestos". Entendiendo por vanidad el orgullo de la persona que se tiene en un alto concepto por sus propios méritos y un afán excesivo de ser admirado y considerado por ellos. Es decir, que se siente el centro de las conversaciones y de todas las acciones. Todo debe girar entorno a dicha persona, sino se siente mal.

(3) Un tercer tipo de soberbia es una susceptibilidad casi enfermiza. Es decir, aquella persona que se siente ofendida ante palabras y acciones que no significan en modo alguno un agravio, pero que ella entiende como ofenda.


La competencia de la humildad es clave para vivir en la sociedad del conocimiento2.0, pues la información en una sociedad del conocimiento no es clave, ni diferenciador. Pues el exceso de información lo que genera, sin una adecuada gestión, es una infoxicación, que entendemos como intoxicación de la información.

Por eso, quien desee desarrollar la competencia de la humildad tiene que desarrollar la competencia del servicio. Muchas personas directivas, empresarias, emprendedoras, profesionales, ... se quedan maravillados por sus ideas de negocio, por sus ideas de proyectos, ...

Pero, un paradigma a considerar es: no entusiarmarse de las ideas hasta el punto de enamorarse de ellas. Y sí, entusiasmarnos con las necesidades que puedan tener las personas, nuestros stakeholders. Que las ideas ilusionantes no nos impidan ver las necesidades de las personas a las que tenemos que servir.


El liderazgo de las personas que desean desarrollar la competencia de la humildad, lo deben comenzar y poner en práctica en ellos mismos. Es decir, una persona que desea desarrollar la competencia de la humildad, desarrolla fundamentalmente su autoliderazgo en esta competencia. Es decir, son los primeros en implementar las mejoras o los cambios. Las primeras acciones de mejora o de cambio las inician de dentro a fuera.


Gamificación y neoténia:
Otra de las líneas de trabajo para desarrollar la competencia de la humildad es ponerse a impulsar la capacidad neoténica. Una herramienta en esta línea  de trabajo son las actividades de gamificación.


La competencia de la humildad nunca conduce al apocamiento humano.

La humildad no es una cadena perpetua, no es un peso pesado, para el resto de nuestra vida, que además nos conduce a estar tristes.

Quien piensa así, está equivocado, pero tiene algo de razón. Y la razón que tienen es que es una competencia para desarrollarla completa, si vamos a medias, entones sí, que es un peso muerto, que puede ser muy pesado, insufrible.

La competencia de la humildad sostiene los valores de las organizaciones y personas felices, que buscan estar con: su sonrisa, fluyendo en el trabajo y dándole significado al mismo. Sino es así, la idea del peso pesado como carga pesada nos quedamos cortos, sería más bien en este caso como una condena perpetua a la tristeza. La humildad se aleja de la tristeza. La humildad se acerca a la alegría.

Quien opte por el camino de "la humildad triste” lleva consigo, sin duda, una cadena muy pesada.



En este apartado pondremos el foco en el libro de David Isaac titulado: "La educación de las virtudes humanas y su evaluación".

Esto último, su evaluación, me parece muy interesante pues en los entornos de la ingeniería todo lo que no sea medible no puede ser mejorado. Es uno de los pilares de la organización y de la gestión como ciencia.

Decirte antes, que hacía tiempo que no abría el libro y cuando llegué al índice, me encontré señalado el apartado de optimismo.
Y fue cuando me acordé que le habíamos pedido a D. David Isaacs una dedicatoria en su libro para mi mujer y para mi.

Y recuerdo que nos dirigimos personalmente a preguntarle qué virtud estimaba más importante en el matrimonio y él nos dijo, sin dudar: el optimismo.

Leyendo el apartado de optimismo, ¿cómo se educa?, me encontré con la confianza como base del optimismo y me encantó, pues la confianza es uno de los temas que últimamente estoy tratando con cierta intensidad.

Y a su vez este capítulo III de la educación del optimismo tiene, en su 13ª edición, dos apartados más: (1) El realismo y la mejora. Y (2) Autoevaluación. La parte de realismo me ha gustado mucho pues la humildad en su definición más simple, como hemos visto, es el hábito de vivir en la verdad.

El apartado de la educación de la humildad D. David Isaac lo divide en 6 apartados, que expongo a continuación:

1.- La humildad suficiente
2.- La humildad abundante
3.- La autosuficiencia
4.- La humildad en las relaciones con los demás.
5.- La humildad superabundante
6.- Autoevaluación

Temas que desarrollaré más adelante.

Ahora, me quedaré dando un vuelta por el índice y su posible vinculación al presente artículo y me encuentro la siguiente relación de virtudes humanas, que pasó a escribir. Son las 24 consideradas en el mismo:

Generosidad, fortaleza, optimismo, perseverancia, orden, responsabilidad, respeto, sinceridad, pudor, sobriedad, flexibilidad, lealtad, laboriosidad, paciencia, justicia, obediencia, prudencia, audacia, humildad, sencillez, sociabilidad, amistad, comprensión y patriotismo.

Cuando las veo, tomó conciencia de la importancia de algunas de ellas para el presente artículo como: la humildad, la sencillez, la sociabilidad, la amistad, la sinceridad, el pudor, ...

Y también, veo tantas posibilidades de mejora que puede que me despisté con otras y pueda dejar de lado la que aquí nos trae como competencia profesional: ¨la humildad".

Retomo las ideas consideradas por el profesor David Isaac para el tema de la humildad:

1.- La humildad suficiente
Consiste en someterse al que es superior a uno y no imponerse al que es igual a uno.

2.- La humildad abundante
Consiste en someterse al que es igual a uno y no imponerse al que es menor a uno.

3.- La humildad superabundante
Consiste en someterse al que es menor a uno mismo



3.- Despedida


Las despedidas no son mi fuerte, pero si deseo considerar aquí algo muy importante para mi y es que este trabajo se lo deseo dedicar como ya dije en el post 1 a:

Javier B. y familia: Lucía, Nora y Enma. Ahora junto a Leni a llegado PulgaLuna. ;-)

Y a D. Jesús Jiménez Juárez  D.E.P.



Quedo a tu disposición para cualquier sugerencia o indicación de mejora.
Atentamente,





bdiazalmeida@gmail.com

29junio2016IslasCanarias






Lo incorporo al proyecto Research Team que ha nacido en el proceso de elaboración del los 2post 



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